20 julio, 2014

Que arto me teneís, tanto telefónica, como Endesa.

Dos grandes compañías como estas, con graves problemas de organización.

En serio, lo hacéis queriendo? Porque si fuera yo al único al que teneis hasta los mismísimos, pues no diría nada, pero cuando hablas con la gente y todos han tenido sus más y sus menos con esta gente... uno ya empieza a sospechar.

Si te cambias de casa, no temas por las obras, no temas por los muebles, lo peor de todo es el cambio del contrato de la luz o del teléfono!!

Os podeís creer que 3 meses después de cambiarme de casa, todavía no me hayan dado de baja en el número anterior? Que después de darme de alta en la casa nueva, todavía esté a nombre de un desconocido? Que aún me deban 68 euros y pico? Que venga el técnico y me diga que me van a cobrar 120 euros por hacerme la instalación, dejarlo todo a medias y que tras haber reconocido que era gratis, no haberle encontrado una solución? Que cada vez que llame me tenga que estar mínimo 30 minutos y hablar con por lo menos 3 personas y que no solucionen nada? Que a veces se desconecte? Que me digan que lo haga por internet y luego mandarme un mensaje diciendo que llame al 1004? Lo de Telefónica no es serio.

Y todo eso es verídico. 

Y Endesa no se queda corta, desde luego. Porque lo de cambiar la luz es más sencillo, pero que si no... De todas formas, que se puede esperar de una empresa que se ha vendido a la italiana ENEL. Semejante empresa eléctrica, NO debería estar en manos extrangeras. Porque luego los de ENEL quieren traer a sus ingenieros a trabajar a España (son funcionarios allí y no saben donde colocarlos) a costa de echar a gente española a la calle, y además con más experiencia en el sector. A quién se le ocurrió vender las centrales nucleares a los italianos?? A quién se le ocurrió, en primer lugar, vender las eléctricas? Si es que vamos mal... 

Estas empresas son como unas mafias (pero sin el como). Ponen de directivos a políticos, funcionan mal, su servicio es pésimo y ganan millones... Y así estamos, sufriéndolo los de siempre. 
                                                                                                      

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